Si bien las experiencias locales o regionales para aplicar el crowdfunding, se limitan a proyectos empresariales pequeños, sobre todo de tipo tecnológico o con afinidad ambiental, en el corto plazo no debe descartarse que esa modalidad se amplíe a la inversión inmobiliaria.

Así lo valoran especialistas, ante el crecimiento en la utilización de nuevas tecnologías y otras herramientas contemporáneas.

El crowdfunding –expresión utilizada para referirse a proyectos de financiamiento en masa- es un sistema, que podríamos incluir dentro de la llamada economía colaborativa, de inversión/financiación. Existen cuatro grandes tipos de crowdfunding: recompensas, donaciones, préstamos (lending) y capital (equity).

[quote width="auto" align="none" border="#002f56" color="#59a3d9" title="valoró Alberto Franco, analista económico costarricense"]Aunque para el mercado financiero-bursátil local y regional, esa figura aún no se asoma como una opción, no podemos descartar que muy pronto se ofrezca a quienes acostumbran participar en el mercado de la inversión inmobiliaria[/quote]

En la actualidad, países como Estados Unidos, Argentina y México, en América, y España en el Viejo Continente, tienen experiencias muy exitosas, vía el crowdfunding.

Por ejemplo, un puente peatonal de 390 metros en Rotterdam (Holanda) fue financiado con el aporte de la ciudadanía a través de la iniciativa “I Make Rotterdam” ("Yo construyo Rotterdam"). La primera etapa de construcción inició en 2012 y ya se encuentra terminado.

Otro proyecto de diseño que empleó este método –en junio de 2011– fue +Pool (Plus Pool) en Nueva York.

La iniciativa busca construir piscinas flotantes en los ríos de la ciudad, con todo un sistema de filtración para limpiar el agua.
Entretanto, la inversión inmobiliaria en España finalizó el año 2015 con cifras unos 25% superiores a las que se alcanzaron durante los años previos a la crisis económica, concentrándose casi el 70% de la inversión en los sectores retail y oficinas1.

Como parte del crowdfunding de inversión debemos ubicar el crowdfunding inmobiliario, una nueva tendencia que se está extendiendo en el universo crowd. Podría definirse como aquel proyecto u operación donde los inversores adquieren la propiedad del bien inmueble y por tanto son los “propietarios” del mismo recibiendo, a cambio, una rentabilidad mediante la parte del alquiler y, en su caso, de la venta futura del inmueble en la parte proporcional que le corresponde a cada inversor.

Ahora bien, sobre las características propias de la inversión colectiva en inmuebles, destaca principalmente, según algunos expertos, su bajo riesgo junto a una rentabilidad media.

Esto es así porque se combinan dos tipos distintos de fuentes de rentabilidad, por un lado el alquiler del inmueble que actúa como límite a la baja o pérdida del valor del bien, permitiendo la no “precipitación” en la venta del mismo ante una expectativa de mejora a futuro que suponga un mayor revaloración del bien para entonces, proceder a su venta, tratándose por tanto, ésta –la venta- de la segunda fuente de rentabilidad de la inversión.

A lo anterior se debe añadir el efecto red de la financiación colectiva, lo que hace posible invertir desde pequeñas cantidades y por tanto la posibilidad de diversificar mitigando el factor riesgo asociado a la inversión – verdadero elemento diferenciador -; así como la “seguridad”, que de cara al inversor más tradicional, ofrece una inversión inmobiliaria cuya comprensión es más sencilla, frente a otros productos de inversión, ya que cuenta con un activo tangible respaldando en todo momento la operación.

“Las cifras y proyecciones de esa modalidad de inversión, es digna de toda valoración por parte de quienes participan en esa actividad financiera”, agregó Franco. “En un plazo no muy amplio podría llegar a acaparar la atención no sólo de estos jugadores con experiencia, sino de personas con hábitos de ahorro que buscan sacarle el mejor provecho”.