Por Javier Adelfang
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Foto: Recientemente la empresa anunció que despedirá unos 2.400 empleados a nivel global. 
Cortesía de Unsplash

Una caída inmensa, legendaria. Una empresa que pasó de cotizar $47.000 millones a tan solo $50 millones en unos pocos años.

Así podría comenzar la narración de una película sobre la espectacular caída de Wework, el gigante del coworking.

En el film deberíamos podríamos poner el foco en Adam Neumann, el joven fundador de la empresa, famoso por sus excentricidades y cuyo manejo de la empresa sumada a la pandemia se encuentran en la base de los motivos de la quiebra. Veamos cinco motivos para la caída del gigante.

1. Dudas sobre la capacidad de Neumann

Los problemas comenzaron con la imagen de Neuman. Sus fastuosos gastos y excentricidades como andar descalzo por las oficinas y tener una piscina en su despacho llamaron la atención, de manera negativa, sobre su persona.

Además, su figura como líder comenzó a proyectar una sombra negativa en la confianza que transmitía en el ambiente empresarial y sus inversionistas al estar completamente centrada en su figura.

2. Negocios familiares y mala gestión

Cuando la empresa presentó la solicitud para cotizar en bolsa los libros contables se abrieron y los secretos salieron a la luz: pérdidas crecientes y enredos familiares.

La consecuencia del primero es la inmensa deuda de $18.600 millones que la llevó a presentar la quiebra durante los primeros días de noviembre.

En lo que respecta a la cuestión “doméstica”, destaca contratar a familiares para gestionar áreas en las que no tenían ningún expertise y que, además, compraban edificios que luego alquilaban a la empresa, algo que podríamos llamar “ética cero”.

3. Codicia sin freno

Neumann llevó al extremo su codicia. Registró la marca a su propio nombre y luego forzó a la empresa para que le pagara $5.900 millones por los derechos de uso. Una práctica que le permitió engrosar las arcas personales, pero que atentó contra su propia creación.

Finalmente, presionado por la junta directiva de la empresa, Neumann renunció a la presidencia en 2019 a manera de oxigenar la situación y permitir que el negocio pudiera mantenerse a flote.

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4. La pandemia

Si algo le faltaba al negocio fue la llegada de la pandemia, le asestó un duro golpe a una empresa cuyo business core, más allá de presentarse como una startup tecnológica, era el alquiler de espacios de oficina en un formato más flexible al tradicional

El prolongado encierro en el mundo implicó enormes erogaciones de dinero debido a los contratos ya establecidos de alquiler de edificios que, en buena medida, se le dificultó renegociar.

Además, la postpandemia trajo una nueva cultura laboral que minimizó la relevancia de la oficina como lugar de trabajo, lo cual afectó fuertemente a la demanda de la empresa.

5. La competencia

Como suele suceder con un negocio exitoso, las réplicas (muchas veces mejoradas) no tardan en aparecer y recrudecen la competencia en la que sólo sobrevive el más eficiente. Así, apareció una larga lista que incluye a Regus y Spaces, Utopicus, Aticco, Loom, First Workplaces, Monday, y otros.

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